El cubano Francisco Javier Balmaseda, frases memorables
Sin mayor introducción, quiero en este espacio destacar algunas frases del cubano Francisco Javier Balmaseda (1823-1907), quien fue un infatigable promotor del bien común y de la prosperidad de los pueblos. Puedes leer aquí una apretada síntesis de su biografía. Cubano por nacimiento y colombiano por naturalización, estuvo también en África, en España y en los Estados Unidos, observando y discurriendo en todas partes sobre la civilización y sus pilares. Como muchos otros patriotas, se opuso al despótico gobierno español, pero no por lo que tenía de “español”, sino por cuanto mostraba de “despótico”. Así, cualquier dictadura hubiese sido incompatible con sus ideales de República y Democracia:
Para que una República democrática marche bien, debe mirarse como asunto principalísimo el detenido estudio de la ley de elecciones, para cortar el paso a los fraudes, que traen al ejercicio del poder, no a los ciudadanos meritorios, no a las aptitudes, sino a sujetos elegidos por efecto de las imposiciones de los que mandan, o de intrigas y maniobras que anulan la santidad del sufragio, del sufragio que es la base del sistema republicano.
Los gobernantes no son más que unos asalariados de los pueblos, y los gobiernos no son más que la representación de la colectividad, representación de que tienen el deber de hacerse dignos sirviendo a gusto de sus comitentes.
La sabiduría de los gobiernos no consiste en dictar reglas al espíritu de empresa, o a los rasgos filantrópicos; consiste en impulsar, en dar vida a la actividad individual, en permitir a los ciudadanos que obren libremente; en dejar que coloquen sus capitales cómo, dónde y de la manera que les parezca. Un gobierno que siempre tiene la tijera en la mano para recortar las alas del progreso, que ve un peligro en la instrucción y dicha de la sociedad que lo paga, es contrario a los fines de sn existencia, destruye él mismo su razón de ser, y la sociedad ofendida tiene no sólo el derecho incontestable sino el deber de repelerlo.
¿Cuándo los españoles se convencerán de que la libertad es el símbolo de la dicha, así aplicada a la industria, como a la gobernación de los pueblos, como a la religión, como a todo? Dejad al comerciante que pida lo que quiera por lo suyo; si realiza ganancias pingües pronto habrá otros que aspiren a hacer lo mismo y entonces llega naturalmente la baja en medio de la abundancia por efecto de la competencia.
Había un verdadero ejército de empleados peninsulares en la Isla; al entrar en las oficinas se quedaba uno admirado viendo aquel inmenso número de zánganos, por lo común sin tener en qué entretenerse, entregados al dolce farniente, o bien ojeando algún expediente, ya para graduar la suma que podía pedir por proveer de un modo favorable, ya para oponer algún reparo a la marcha del asunto, con el fin de que la parte interesada viniese a removerlo dando dinero, en cuyo caso el despacho era rápido y a gusto de aquella.
El negro, el blanco, el mogol, todos son iguales y hermanos; todos pertenecen a la gran familia humana, son hijos de un solo padre, que es Dios, y están llamados a gozar cuantos beneficios dispensa la civilización.
Las ideas del bien, aunque parezcan utópicas, son semillas arrojadas en el seno del tiempo que tarde o temprano germinan y dan su fruto aunque caigan en terreno poco abonado.
¡Cuán propio es de la barbarie envilecer, humillar a la mujer, y cuán propio de la ilustración engrandecerla!
Privar de la vida a un hombre siempre será el mayor de los crímenes, cualquiera que sea la causa; y también la mayor y más funesta de las necedades, puesto que la muerte es la cesación de todo dolor, casi pudiéramos decir, la impunidad.
¿En qué se parece una biblioteca pública á un hospital? —En que en ella se curan las enfermedades del alma del pueblo. ¿En qué se parece a una cristalina fuente? —En que es un manantial purísimo de moralidad y de instrucción. ¿En qué se parece al día? —En que el día disipa las tinieblas de la noche, y una buena biblioteca pública aleja las tinieblas de la ignorancia.
Tan relacionadas se hallan la parte intelectual y la física del hombre, que lo que aniquila, lo que mata, lo que predispone al individuo a todo género de padecimientos, no es el rigor del clima, no es el hambre, no son los trabajos; es el mal de la patria, es la nostalgia, enfermedad terrible que más o menos estamos todos padeciendo.
Francisco Javier Balmaseda escribió también una interesante anécdota sobre gatos y gorriones en la Cuba colonial. Entérate aquí.
Fuentes bibliográficas / documentales
Balmaseda, F. J. (1874). Obras. Tipografía de Antonio Araujo L. (Colombia).
Balmaseda, F. J. (1894). El Miscelánico. Colección de producciones científicas y literarias. Tipografía de los niños huérfanos.
Balmaseda, F. J. (1898). Bases para los estatutos de la sociedad política Los Amantes de la libertad con indicaciones sobre la fundación de la República Cubana. Tipografía de los niños huérfanos.
Balmaseda, F. J. (1899). Los confinados a Fernando Poo e impresiones de un viaje a Guinea. Antonio Martín Lamy (Ed.)
[Ha fallecido Francisco Javier Balmaseda] (18 de febrero de 1807, tarde). Diario de la Marina, LXVIII (42).
Rodriguez, M. (dir.) (6 de agosto de 1869). Correspondencia de Madrid. La Alianza del Pueblo. Periódico Republicano de Salamanca, I (2).
Silveira Prado, E. A., Rojas Lleonart, I. y Farto Muniz, R. J. (2010). Francisco Javier Balmaseda Jullien (1823-1907): Biografía. REDVET. Revista Electrónica de Veterinaria, 11(9), 1-14. https://www.redalyc.org/articulo.oa
Pies de imágenes
1- Imagen original tomada de Vicente, R. (imp.) (10 de enero de 1869). Don Quijote. Periódico político y satírico, I (2). Imagen adaptada con el rostro de Francisco Javier Balmaseda y mejorada con i.a. en https://dreamina.capcut.com/
2- Serpiente que figura en La Sagra, R. de. (1843-1853). Historia física, política y natural de la isla de Cuba (t.IV). Imprenta de Maulde y Renou. Libros y adaptación creada en https://dreamina.capcut.com/
3- Collague adaptado y procesado con i.a., a partir de los siguientes originales:
B) Hiráldez Acosta, M. (Dir.) (24 de noviembre de 1861). Antón Perulero:periódico satírico de costumbres y literatura, en el cual cada uno atiende a su juego, I(26).
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